miércoles, 13 de mayo de 2020

DEL PADRE por DOMINGO RAMOS


Irremediablemente Faustino quebró su arco
Rebuznándose en la mar en su pequeño bote
orlado de anchovetas que le ceñían el pecho
mientras la espuma subía como alcatraz torpe 
sobre las rocas y se fue partiendo percudiendo 
como dos alas la ambarina luz del sol
gimiendo una imprecación inaudible 
a modo de soplo como viene el hombre después de inundar 
a la hembra a destrozarse con las aguas un día antes
en las resecas playas en que por primera vez 
vi su negra elegancia y ya no tengo memoria de él con su arco quebrado 
sobre las hélices que suben y bajan en su pecho
Y que ahora duermen para siempre Fue mi padre un buen tiempo 
en que no creía en ellos Oh consolá consolá me decían antes
los yerros de los vientos al dibujar mi sombra
Qué falsía qué fachada qué cacharro Esa la mía la venérea alta
con que se cubre el rostro de aquel que más quiero
Y qué sentido tienen ya las cruces del camino 
qué de los pies áureos resplandeciendo incivilizados 
bajo la tierra? 
Ya su nombre no resuena no gotea. Y yo ya aprendí a cortar redes
a ser juerte como esposa y deslomado de oficios 
golfeando en esta barca las entrañas de la luna 
como un animal montaraz escupiendo a la multitud 
No sé más que inclinarme en el largo viaje que me espera 
Irremediablemente Faustino fue mi padre Irremediablemente 
Yo lo Sentencio. 
 (De Pastor de perros, 1993)
Domingo de Ramos: El arte sirve para cuestionar y nunca dar ...

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