El
violín de maese Pedro
yace
en el profundo foso de su silencio
la
cuerda quebrada en espiral
es
la mueca estéril
que
átona
frisa
con la tristeza…
El
baile se dirige con rumbo incierto
las
comparsas ya se perdieron
los
humos son fatuos cánticos de fin de día
y
tú me sigues mirando con esos ojos
que
son del todo mi perdición…
Pedro
dejó el sombrero junto a las carnes frescas
guisó
garbanzos en morrones pimientos
recordó
la última nota
aquella
que se quebró
rompiendo
el hechizo
mientras
tú danzabas al centro de la plaza
inventando
el vuelo de la perdiz
al
entrelazar tus manos…
Y
yo
fijo
en tus enaguas
fisgoneaba
tus pantorrillas
la
tersa frescura de tus muslos
la
bella expresión del rostro en tus labios
soñando
con prenderte en lujuria
cuando
el canto del mirlo se escondiese bajo el rumor del río…
Ya
ahora la noche se ha vencido
el
silencio
es
un violín abandonado
las
manos duermen quietas
Pedro
carga la pesadumbre de su derrota
escuchando
el suave murmullo de sus gemidos…
Este
es el relato
transcrito
en páginas burdas
de
un violín y la dama de los ojos pardos…
Ya ahora la noche se ha vencido
ResponderEliminarel silencio
es un violín abandonado
las manos duermen quietas
Pedro carga la pesadumbre de su derrota
escuchando el suave murmullo de sus gemidos…
ES HERMOSO