Silenciosa llegas, claridad divina
filtrando ideas, donde luz
se ultima.
En páramo de frente, eres
fragor
del vate donde se hará
fortaleza
vertiendo al aire toda la
belleza
y dejando tu riqueza con
amor.
En tu blancor, no existe el pecado
porque eres nieve de campo
nevado
y con palabra, un ara en
devoción.
Con alegoría pregonas la
grandeza
del poeta que busca la
certeza
de lo que dicta su alma y
corazón.
Eres toda gracia donde lleve
a mano activa, que
escribiendo eleve
la lira, cuerda musical de
un tocar
que en espacio se vuelven
flores
derramando todos tus
fulgores
con notas armoniosas de un
cantar.
Decid, si con visión puedo alcanzar
la débil llama que brilla
en mi frente
cuando un sol pálido y
sonriente
entre brumas pierde su
resuello,
buscando con amor todo lo
bello
que da la fertilidad de tu
gozar.
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