esquivas el insomnio
para no volver
a escuchar el gemido
de las olas
ese murmullo de
esqueletos
que te asecha
y te acorrala
te sientes prisionera
entre caracolas mudas
deja de vagar
entre los fluidos
multicolores
de nuestra civilización
que se hunde
divaga al interior
de tus latidos
deja que su estruendo
entibie la mecha
interior que te sustenta
abraza su aliento
y retoma nuevamente
el filo certero
de tu rumbo.
Muchísimas gracia Rúben por publicar este poema.
ResponderEliminarUn abrazo