… entre tanto con el galope largo
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en las sienes
brotan canas
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en la frente jeroglíficos
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y mapas astrales en las hojas de palma de mis manos.
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Renace con el galope parco la doliente memoria
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de un sinfín de naufragios abrazando orillas de mi
playa
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Y el sol de otoño
piadoso nos entibia
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los tal vez los de
repente y los mejor mañana
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que hacen los cuerpos deshojados
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al acentuar una tristeza inmóvil
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acaso originaria.
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Me estremece el desfile de las fugaces horas
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Y en el umbral de
un anodino instante
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reconozco la radiante belleza de otro tiempo
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acobardada e
inaugurando un místico diseño
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al repasar heridas
que entre acordes
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le descubre la tarde sedentaria.
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Sin embargo
gana al escalofrío de las hostiles horas
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y a la indeseada cosmética mundana
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la buena disposición para vivir una leve juventud
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sin voces de mando alguna
sin alguna insignia falsa
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Está en pie
mi preclara intención de rotular el alma
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con verbenas de
estrellas con el amor
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y la música que nunca falla
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Hay buena disposición de discurrir tranquila
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por una fresca orilla
sin fondos de un espejo
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lanzando por la borda
complacientes
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miserias consagradas.
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Una buena disposición
sin duda
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Sin hipoteca alguna
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Que traigo viva
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Que verdea en cada
vez
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Y que renuevo al alba
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Pero a estas alturas de mi vida
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La protejo del
veneno invisible
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de las ferias humanas
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Por eso
va callada.
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