POR ESA CLARIDAD INCONTENIDA
por ese pie cantándole al
camino la buena luz,
por esta altura no arriesgada
nunca,
por este gusanillo de infancia
en la manzana
íntima y latidora en que
vivimos,
por estas cosas que ante Dios
nos quedan…
esperemos que el agua,
el pistilo
y la abeja
tengan
mucho que hacer por la mañana.
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