Yo soy el niño ciego
y sigo con mis manos una
luz
que vuela
como una mariposa gigante
por la casa.
Abro y cierro los dedos.
Golpeo el aire hirviente
con los puños.
Rompo los ruidos, las
yemas, las paredes
y saltan
conmigo los cristales en un torbellino de sangre,
corren los
muebles
y todos juntos chillamos
en este resplandor.
Afuera la luna ciega ríe.
De “Retratos de un caído resplandor”
Singular modo de poetizar que me ha llegado interiormente
ResponderEliminarsaludos poeta