A los guerreros del 80
Bajo la noche transparente
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arden las veredas
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parpadean los faros sobre los sucios
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blue jeans de los jóvenes que se extravían entre esquinas
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y parques claroscuros y negras casacas
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entre brumas fosforescentes y blanquísimos cráneos
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dientes rubios y dedos rubios escarchados por la yerba
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Sus miradas brillan como hebillas de plata
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llenan los tambores las plazas bañadas en aceite
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y policías de felpa.
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Por la noche salgo En el día huelo a gases lacrimógenos
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la multitud me absorbe en sus paltas
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pero me detengo en las claridades del mundo para respirar
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sin un cigarrillo en los labios/el frío me congela los miembros
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y no hay sitios donde descansar para ver
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las rojas hormigas cargando huesos
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migajas de pan/todo está cercado por fieras exhaustas
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solitarias bancas/roto por el silencio y ese cascarón
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azul que me separa de ti oh raquítica tierra
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mi cuerpo
es solo fugaz y opaca estela de locura
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en el orden natural
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eterno polvo sin entierro
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Y esas flores y esos muchachos seducidos por el polvo
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por el orden ¡Oh los apestados de este siglo!
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América es un Ácido, allí hay miles de
angustiados
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La ley es cruel me dicen los que no
sobrevivieron a esta
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guerra inconclusa donde mi banda de leñadores
se dedicó
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a demoler las gordas columnas de la Justicia,
donde quedaron
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solo tus enormes muslos/oh Cecilia/tus nalgas/
tu rostro de penca
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y un boquete en el corazón luego de enfrentar a
la policía
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con un ejército de metales retorcidos
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que fueron nuestros huesos después del incendio
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sobre una autopista irreal donde aún palpitaban
y se desangraban
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los tibios corazones de los caballos que
cayeron antes que nosotros
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a pesar de su inocencia/de sus fuertes músculos
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de su destreza para eludir las dificultades
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que ahora soportamos cuando las tinieblas
reinan
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y el pánico de las bestias que rastrillan/se
aproximan
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calle por calle/zona por zona cubiertas con los
adolescentes
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cuerpos de mi pandilla que ha saboreado la
catástrofe
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antes de que el sol borre los resquicios y los
escombros
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a que fuimos sometidos.
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¡Oh el deslumbramiento del horror! Mejor será
largarnos
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de esta ciudad a la que nunca pertenecimos
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y ya no tengo banderas ni multitudes
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Estoy perdido
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entre
los edificios
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entre las calles
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y bocacalles
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entre los cerros y basurales
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deambulando con tu imagen impregnada en mi
mente
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(y tú Sarita eres como un rockanrol en mi pecho
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oliendo a pasta que consume mi banda pensando
en ti
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en el cielo que le ofreces por unas monedas)
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¿Qué puedo hacer? Llevo un amor a secas
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que no me calma en el largo viaje por las
suaves arenas
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donde te conocí oh dulce Cecilia como la chicha
que cantabas
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para mí en aquellos tiempos en que asaltábamos
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golpeábamos destruíamos y culeábamos en
cualquier
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estera bajo la tibia luna y el sereno mar que
se enroscaba
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en tu blusa de nube/todo termina y lo han
sabido
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nuestros enemigos/nos jodieron quitándonos la
noche
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Y solo me voy quedando/aturdiéndome ante el
desayuno
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y el responso que estoy escribiendo con
dificultad
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por el parpadeo de la vela
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Estoy condenado a muerte/han arrojado mi sombra
al mar
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Estoy divinamente desolado/mi alma se queja
como un torrente
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y me dice expirando ¡¡¡MÁTATE!!!
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y mudas piedras rodaron
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Sobre las calles como una escuadra preparándome
una celada
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a plena luz del día con guardias de tránsito y
helicópteros
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de papel Me detienen/me botan/me organizo y
vago en
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plazas y barrios demoliendo las gordas columnas
de la Justicia
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mientras mi banda se aleja
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en tierra
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en humo
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en polvo
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en sombra
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en nada.
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