La orquesta se silenció
los trastos durmieron
arrumados
cómo olvidar
aquel amanecer
cuando el
brillo de los metales
ya
adormecidos
rompió contra
la madera de la viola
la estricta
rigidez de sus cuerdas…
Fue entonces
cuando la intensidad del silencio
invadió la sala…
Fue entonces
cuando no hubo más que luz oblicua
luz de luna
seca
pálida
sombría…
Y aún recuerdo
el último compás
vivaz y agudo
enrevesado de
cuerdas y metales
hasta que el
tronar del cuero quebró el hechizo…
Me gusta
volver a estas horas
a mirar la
calma
en la que
duerme el drama
de esta
sinfonía ya conclusa…
Me gusta mucho, Ernesto Lobo.
ResponderEliminarGracias
Metapoema. El final abrupto de la sinfonía deja abierto un silencio virtuoso. Imágenes muy bien logradas. Gracias, Ernesto Lobo por cada entrega.
ResponderEliminarMe gusta volver a estas horas
ResponderEliminara mirar la calma
en la que duerme el drama
de esta sinfonía ya conclusa…
HERMOSO POEMA
buenos versos para empezar un sábado
ResponderEliminarMe gusto. Un poema que llama a la calma. ( despues de un super concierto!)
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