Mis manos tensas, intensas
Hacen de oscuros hilos, invisibles
Sus pies, entonces, danzan sobre la última tabla
Doblegan el torso
Dibujan un gesto
Sigo prendido del mismo cordel
Con los ojos fijos en él
Se mueve volviendo la mirada
Muecas, extensiones, en la rigidez de sus brazos
Que se alargan cual ciegas medusas
Más allá de los hombros
En el silencio frío de una tarde fría
Detrás del telón
Fingiendo ser quien en realidad es
Títere titiritero
Cuerpos ambiguos entremezclados
Actuando al jalón de un invisible velamen
En donde cada intención cae dormida
Títere titiritero
Vas dejado, ausente de alma
En aquel fatuo escenario…
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